Delicada pero no débil, detallista pero no rígida, sentimental y llorona, arraigada en el corazón de sus hijos que ven en ella la fuerza de un amor indómito que supo de ausencias y carencias pero que, sin embargo, haciendo acopio de sus propios problemas, proyectó su vida al lado de su esposo, sin importarle que en algún momento lo acusaran de ladrón, asesino o tantos otros epítetos. Durante diez años permaneció en lacerante cautiverio, adaptando a su familia a una nueva vida, sin dejar de pensar en el Perú. Una verdadera lección de amor.


Ella es la guapa y muy inteligente Pilar Nores de García, quien ya fue Primera Dama de la nación peruana y ahora, sin pretensión alguna, puede volver a Palacio de Gobierno por la puerta grande.

Su principal característica es su dulce sonrisa dibujada a puro amor. Después de todo, el amor, dulce amor, para la joven Pilar nació a primera vista en el sur de España cuando ella se quedó ¿hipnotizada? por un muchachón muy alto, barba crecida y pelo largo, tal como se estilaba por los años 70. Resulta que Pilar se había graduado como licenciada en Ciencias Económicas en la Universidad de Córdova y había viajado muchos kilómetros hasta Inglaterra con el fin de seguir un postgrado en Macroeconomía. Pero, por cosas del destino, dio la casualidad de que en España se realizaba en el verano de ese año un Congreso de Sociología para América Latina y, de pronto, la joven y soñadora Pilar se vio alcanzando unos papeles a la mesa en la que el joven y apuesto peruano Alan García hacía las veces de comentarista analítico de los participantes de aquel evento. "Tanto me llamó la atención, pero no estaba segura si es que todo lo que decía era verdad o simplemente estaba fanfarroneando pero, luego de conversar, me di cuenta de la grandeza de su ser y de su inteligencia", recuerda Pilar con acendrado sentimiento.


Pilar Perú

Evidentemente, Alan García Pérez se sacó la lotería con semejante esposa amorosa, inteligente, hermosa y que con creces ha demostrando ser toda una excelente madre abnegada. Pilar, natural de Argentina, quien por amor a Alan y el Perú se nacionalizó peruana, es una de las mujeres que ha sabido sacarle provecho y darle la vuelta a los momentos difíciles que le ha tocado vivir. Y es que, a raíz del golpe de Estado de 1992, pudo _por esas ironías del destino_ ver cada vez más unida a su familia. "Agradezco las circunstancias que permitieron que, por el autogolpe de Fujimori, se llegara a consolidar mi hogar, pues durante diez años tuve la oportunidad de que Alan permanezca en casa, al lado de sus hijos, logrando así forjar una hermosa y muy unida familia".

Pero el amor que de ella se desprende no sólo es a su familia, sino que se extiende a la comunidad. Recordemos que ella fue la creadora e impulsora de la Fundación por los Niños del Perú, así como promovió la creación de 9 mil 700 clubes de madres con comedores populares, talleres de producción y Pronoi, donde trabajó muy fuertemente. Sin duda, toda la experiencia adquirida como auxiliar de cátedra del actual Ministro de Economía de Argentina, el tan famoso como discutido Domingo Cavallo, en la Secretaría de Estadística y Censo de Córdova o en la Secretaría Privada del Secretario Nacional de Energía y Minas, le ha servido a esta brillante profesional para consolidar su labor en la administración pública y privada siempre con gran éxito.

Una fuente muy cercana a su entorno familiar nos contó que Pilar es una mujer con una gran capacidad de trabajo, persistente en sus tareas y colaboradora con su esposo, pero que cuando está con él en público le gusta mantener un discreto perfil bajo. Quizá la sumisión pueda confundirse con ese inmenso amor que le tiene a su marido esta mujer tan fuera de serie.

El viernes último, ella convocó a sus antiguas colaboradoras de las cocinas populares de los distritos más humildes de la capital aprovechando de la celebración del día de la madre. La concurrencia fue masiva y muy entusiasta, ya que llegaron más de 15 mil madres de familia que no pudieron ocultar su felicidad por este maravilloso reencuentro con su sonrisa y alegría. Pilar, siempre sin perder su natural algarabía, bailó con su esposo _muy abrazados ellos_ olvidándose por unos instantes de los ajetreos de la campaña electoral, pues en ese momento no era Alan el candidato sino Pilar Perú, dándonos a todos los que tuvimos la suerte de estar en el Coliseo Amauta, toda una maravillosa lección de amor.