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Hernando de Soto:
"A quien tenemos que elegir es al Presidente, no a los técnicos"
"Si Toledo teme al debate, debe abandonarlo"
Hernando de Soto es un exitoso economista de talla internacional y con muy importantes
conexiones a nivel mundial, que cree que Alan García no repetirá sus errores y duda que
vaya a querer tener un segundo gobierno desastroso. Asimismo, precisa que el hecho de que
sean los técnicos y no los candidatos presidenciales quienes debatan le parece "una
iniciativa de último momento". De igual forma, tiene una especial interpretación de
lo que significa García: "Es obvio que Alan García es el primer pico de oro de
América Latina. Si usted lo escucha, tiene la sensación de que está escuchando a un
tenor, a una especie de Pavarotti, y es hasta agradable escucharlo hablar", enfatiza.
- Usted ha mostrado predisposición de apoyo al próximo gobierno a raíz de la
invitación del candidato García.
- Siempre tuvimos un compromiso con el Perú. A través de Belaunde, García o Fujimori,
cuando estaba de por medio la credibilidad del Perú en el exterior y en el interior,
siempre hemos puesto la cara y nuestros buenos oficios. Eso le hemos dicho a Alan García.
No solamente estaremos encantados de realizar nuestros proyectos de capitalización en
beneficio de los sectores populares, sino de ayudar a él o a Toledo a sortear las
dificultades con relación a credibilidad económica del país.
- ¿Cuál es la respuesta a Alan García?
- La respuesta a Alan García fue: si usted pone su capital y es elegido, entonces
nosotros pondremos ahí nuestro capital, porque el compromiso no es directamente con
ustedes, sino con el país.
- Hay quienes manifiestan que usted como que carga cierto estigma, por decirlo
así, justamente por su colaboración con los gobiernos que mencionó.
- Yo no lo elegí a Fujimori. Yo fui uno de los 13 ó 14 millones de votos que se dieron.
- Ahora como que eso puede significar arrepentimiento, ¿no cree?
- Puede existir arrepentimiento, pero yo supongo que nadie se va a arrepentir de los
primeros años de Fujimori, que no fueron tan malos como hubiesen podido ser. Cuando
estuvieron en dificultades acudieron a nosotros y logramos algunas cosas. Por ejemplo, en
1990, cuando Perú estaba en una seria inflación, creo que Fujimori terminó el primer
mandato habiendo salido de esa situación. Eso fue, en gran parte, por las políticas que
pusimos, de la reinserción en el sistema financiero internacional y relativa
sostenibilidad.
- Pero, por ejemplo, Carlos Boloña también dijo que puso su cuota de desarrollo
y que eso no lo responsabilizaba de la difícil situación económica del gobierno de
Fujimori.
- La diferencia es que entramos en los momentos más difíciles, cuando el Presidente
Fujimori había entrado con otro plan económico. Entonces, pusimos las políticas, pero
también fuimos las primeras personas que renunciaron, en 1992, porque a Fujimori se le
comienza a ver vínculos de tipo indeseable con los militares y con el narcotráfico.
Entonces, la diferencia con Carlos Boloña es que cuando Fujimori se empezó a portar mal,
nos fuimos y rompimos con él, pero no cuando él estaba con 30% de popularidad, sino
cuando estaba con 90%. Si usted me dice que hay un rum rum, en algunos círculos, que
dicen ¡Uy, de Soto de nuevo!, ¿deberíamos dejar sencillamente que el Perú vaya por la
deriva o considerar que es posible que nosotros tengamos los mejores vínculos con el
exterior y utilizarlos a favor del país?
- Justamente, viene siendo elogiado su concepto sobre el capital, pero también
existe cierto escepticismo.
- Nuestra propuesta es de que los activos de los sectores más pobres puedan, no sólo
rendir fruto material, sino también darle a sus dueños acceso al financiamiento de
inversión. Y ésta no es sólo una presunción de algo bueno del Instituto Libertad y
Democracia, sino también de los empresarios peruanos.
- En ese sentido, ¿cómo podría entrar a tallar el próximo gobierno, por
ejemplo?
- Hay que pensar en una alternativa. Ya no es cada individuo quien decide si lo hace con
su casita, con su negocio o con su carrito, sino es el gobierno. Es el Apra o es Perú
Posible que determina si esta persona tiene derecho o no a utilizar un crédito. Eso
significa trasladar el poder de decisión del individuo al Estado o a un grupo político.
Esta opción terminaría en un régimen corrupto, porque evidentemente el Estado no es muy
confiable, ya que los hombres rodeados de poder o con demasiado poder no controlado se
desvían. Por lo tanto, la pregunta final es siempre la siguiente, el gran dilema, desde
la gran confrontación entre el comunismo y el capitalismo, ¿vamos a tener confianza en
que los individuos decidan por sí solos o vamos a tener confianza en que un grupo de
políticos, como el señor Toledo, Ferrero y Waisman vayan a decidir por ellos? ¿O será
el señor Alan García, Jorge del Castillo y Meche Cabanillas los que van a decidir por
ellos?
- ¿Qué cree que sea lo más recomendable?
- Yo hace tiempo que voté a favor de que decidan los ciudadanos. Espero que la mayor
parte lo haga con sensatez. Pero este riesgo que están corriendo es lo que justamente le
da la seguridad al prestamista, porque sabe que usted va a cuidar su producto y,
evidentemente, el actuar bajo esa posibilidad de perder es lo que le da la garantía a
todo bancario de que el ciudadano vaya a tener buena performance. En todos los países
prósperos del mundo, desde Suecia a los Estados Unidos, son los individuos los que toman
la decisión.
- Bajo estas premisas, ¿cómo ve los planteamientos de los candidatos
presidenciales? Por ejemplo, Perú Posible propone, primero, reactivar la economía y,
luego, generar puestos de trabajo.
- Creo que todos los partidos, al llegar al poder, van a hacer más o menos lo mismo. Van
a querer dar un alivio inmediato, aunque sea efímero, porque saben que hay que levantar
la moral del país. Le aseguro que eso lo va a hacer el uno o el otro. Por eso es muy
útil pedir a los partidos que hagan sus programas, pero a la larga, como los programas
son plagiables, y gracias a Dios que es así, todo el mundo va a terminar, más o menos,
siendo sensato, porque si no lo van a criticar.
- Ésta podría ser una implícita confianza en Alan García, por ejemplo. Que no
vuelva a cometer los mismo errores que en su gobierno anterior.
- Ah, es posible que los haga, pero tendría que ser muy poco inteligente, porque el ser
humano es el único animal que sabe no repetir sus errores. Creo que el doctor García no
repetirá sus errores, porque, siendo totalmente cínicos, sin creer en su palabra, dudo
que vaya a querer tener un segundo gobierno desastroso. Él es un hombre ambicioso que,
obviamente, quiere figurar en la historia. Alan García ya no tiene 31 años, sino 51,
entonces yo no creo que tiene ningún incentivo para hacer eso de nuevo, porque ya sabe
que eso no funciona. Si cometiera errores, no serían los mismos.
- En estos momentos, mucha gente comenta que García recién está armando su
equipo económico, a diferencia de Toledo. ¿Es ésta una desventaja?
- Claro que es una desventaja. Ahora, la ventaja de que Toledo haya estado en carrera, por
lo menos por dos años, le ha dado los recursos y tiempo para ir consiguiendo gente que
pueda figurar en su plan económico. En el caso de García, quien tuvo mucha resistencia
en un principio, va a tener dificultad en constituir un equipo antes de haber ganado, si
es que va a ganar. Fíjese, usted sabe cómo es el Perú, porque en el momento que gane,
todos aquellos que estaban dudando y que no se quieren quemar, van a ser voluntarios. Y lo
mismo le puede suceder a Toledo. Esto se lo digo por experiencia, por el caso de Fujimori.
Me acuerdo que cuando me llamó, recién elegido, el 10 de junio de 1990, el gran problema
que enfrentamos es que parecía que todos los economistas de prestigio del Perú se
habían comprometido con Vargas Llosa, incluyendo el señor Pedro Kuczinzky. Entonces, mi
tarea fue buscar economistas peruanos con capacidad y prestigio, y los encontramos. Ahí
encontré a Boloña en Nueva Jersey, no era famoso. Así es que, yo le puedo asegurar que,
gane quien gane, tendrá buenos equipos económicos.
- Hablemos entonces de la economía del Perú. Nos damos cuenta de que es cada vez
más real que nuestra economía se encuentra dolarizada prácticamente en un 80%. ¿Debe
tomar una medida definitiva el próximo gobierno?
- Tengo la impresión de que una alternativa importante que se debe discutir es la de la
dolarización. Es decir, tratar de recuperar la soberanía monetaria o aceptar que se
dolariza completamente.
- ¿No correríamos un riesgo similar a lo sucedido en Ecuador?
- Claro, hay riesgos. Pero, el problema es que si usted mismo mantiene la soberanía y el
Perú decide cuánto dinero emite o no, usted corre el riesgo de que si alguien quiere
emitir y hacernos una hiperinflación no habría ninguna garantía. En ese sentido, si uno
se dolariza, ya no corre ese riesgo, porque la tasa de cambio ya está básicamente
determinada internacionalmente.
- Justamente García propone que el BCR debería fijar una tasa intercambiaria que
permita establecer el valor del dinero. Entonces, si nuestra economía está
prácticamente dolarizada, ¿cómo es que va a funcionar con un reducido porcentaje en
moneda nacional?
- El problema, por supuesto, es cuál es el valor del dinero. Así es que, por el momento,
creo que esos son debates de campaña. A la larga, la pregunta tendría que ser la
siguiente: ¿cómo vamos a crear una moneda que responda a la oferta y demanda y que
refleje la realidad?
- Con esto, ¿podríamos concluir en que un debate electoral debe realizarse
también a nivel de equipos técnicos?
- Las dos cosas serían buenas, ¿no? Si tratamos de ver cuál es la tradición en el
Perú es que sean los candidatos presidenciales. Esto de que sean los técnicos y no los
candidatos presidenciales me parece una iniciativa de último momento.
- ¿O es que refleja cierta deficiencia de parte del candidato?
- Es obvio que Alan García es el primer pico de oro de América Latina.
- Algunos dicen que hasta hipnotiza.
- Alan García habla sumamente bien. Además, no sólo habla bien, sino que lo canta. Es
decir, si usted escucha a Alan García, tiene la sensación de que está escuchando a un
tenor, a una especie de Pavarotti y es hasta agradable escucharlo hablar. Yo creo que si
Toledo tiene algún temor al debate, debería abandonarlo, por varias razones. Primero,
porque los peruanos tenemos derecho a tener la mayor cantidad de información posible y
eso incluye el debate. Toledo debería darse cuenta de que en los Estados Unidos ha pasado
un fenómeno similar. Todo el mundo sabía que el candidato Gore era de lejos un mejor
orador y debatidor que Bush cualquier día de semana. Lo que ocurrió fue que, en los
debates, Gore era mucho más articulado, pero la gente no sólo se fijaba en las palabras
a través de televisión, sino también en los gestos, en la sinceridad y puede distinguir
demagogia. Entonces, si Toledo es una persona que dice la verdad y es sincero, aunque
hable menos bien que García, eso también lo vamos a ver.
- Tendremos que distinguir entre la palabra bonita y una bonita propuesta.
- Pero a quien tenemos que elegir es al Presidente, no a los técnicos. Los técnicos, la
gente como yo, va y viene. Por el momento está pareciendo que Toledo se corre y eso no es
una cosa que le conviene, porque él ha dicho durante toda la campaña que, por supuesto,
debatiría. Cuando yo comencé a ser candidato presidencial lo reté a un debate, él dijo
que sí, pero que primero me inscriba. Ahora, después de la primera vuelta, dijo que no
solamente habría un debate, sino varios. Entonces, ¿qué pasó?, se lo pregunto como
peruano.
- Finalmente, ¿usted nunca más volverá al terreno político?
- Nunca he dicho eso. Lo que ocurre ahora es que eso no tiene mucho sentido. Ese es un
capital que podemos guardar para el futuro. No lo excluyo, pero no es un objetivo
inmediato.
- Muchas gracias a usted.
- Más bien vaya mi agradecimiento a la revista GENTE que está celebrando su 43
Aniversario.
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