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César Hildebrandt:

"BASTA DE TANTA COJUDINA, TOMEN DESAHUEVINA"

Desechó propuestas de Canal N y Canal 2 y vía GENTE acepta la de Panamericana Televisión

Luego de más de cuatro horas de espera en la intemperie de la calle Merino Reyna en San Isidro, en donde se ubica la oficina del diario Liberación, el periodista César Hildebrandt nos abrió, a borbotones, lo más recóndito de su alma.

Ahora sí, soy todo tuyo.
   
Metafóricamente.

Para desgracia mía y suerte tuya.

¿Por qué le dio una segunda oportunidad a Genaro?

No te olvides que los dos nos dimos una oportunidad, porque me fui tempestuosamente de su estudio, me despedí muy mal de su hijo. En realidad, decidimos voltear la página para ensayar una nueva televisión que se merecía esta nueva etapa de la vida política. Confiando recíproca y mutuamente que ambos habíamos rectificado errores y sintonizado en este propósito, no me imaginé que esta reconciliación partía de una premisa falsa.

Pero también tuvo la propuesta de Baruch Ivcher para su reingreso a la televisión. ¿Por qué la rechazó?

No la rechacé, simplemente elegí la de Genaro, que es una manera muy diferente de decirlo. La verdad es que la propuesta de Genaro era más atractiva, porque implicaba una presencia diaria, en cambio la de Ivcher establecía una presencia semanal, los domingos. A mí me interesa la permanencia diaria, calentar un horario todos los días. La cotidianidad que es importante.

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¿Afianzarlo?

Sí. Inclusive para la temperatura del programa, es vital. Aparecer una vez por semana con reportajes muy refinados es una opción que la he hecho por muchos años. Pero, cuando probé la otra opción, que es una tira diaria de una o dos horas, me convencí de que la verdadera presencia periodística estaba ahí.

Luego de todo lo que le ha mostrado Genaro…

(Rehuyendo el tema). Se te ve cansada, pobrecita, y yo soy el responsable, soy un canalla y tengo que reconocerlo.

Realmente me ha hecho esperar.

Discúlpame.

No se preocupe, son gajes del oficio, pero sí le culpo por mi dolor de cabeza.

Quieres que mi culpa se convierta en suicidio, que me meta un tiro, ¿por qué me sigues hablando así?

¿Qué? ¿Quiere que le mienta?

No, está bien. Es que me queda pésimo, horroroso. No soy una persona que maltrata a la gente. ¡Dios mío!

Pero me ha maltratado.

Eres una mujer muy consciente de sus capacidades de crear culpa. Eres la esposa perfecta.

Por suerte no pretendo casarme.

¡Ya lo sé! Eres demasiado lista, ¿no?

Tan sólo estoy aprendiendo. Pero no nos apartemos del tema.

Está bien, no nos separemos del tema.

A lo que iba. ¿Cuál es el concepto que ahora tiene de Genaro? Su imagen se ha trastocado bastante.

Claro que se ha trastocado, para mal. La biografía de Genaro será más o menos así: 71 años y medio de esfuerzo para, luego, morir en la playa. En la playa de la sumisión, del sometimiento y de la compra-venta. No entiendo cómo un hombre de su orgullo, de su arrogancia, pudo terminar así. En fin, él lo ha querido así y yo no soy quién para ponerle una lápida. Pero, sí pienso que Genaro pertenece al pasado y al pasado feo de la televisión.

A pesar de tener todo un aparato de información, ¿no se imaginó que él podría estar involucrado en actos punibles?
   
Recuerda que la primera entrevista que hice en el programa fue a Genaro, y fue para preguntarle qué había hecho en la reunión con Montesinos. Ya sabía que se había reunido con él.

¿Y aún así aceptó el programa?

Es que todavía no tenía la transcripción, ni idea de lo que había sido esa reunión. Y mucho menos había visto imágenes del vídeo, porque ese vídeo todavía no se conocía. Pero ya el cintillo fue visto por alguien y había sido comentado. Recordarás que, en esa entrevista, Delgado me dijo que estuvo con Montesinos, pero no para negociar mi cabeza, sino para discutir un problema judicial y que le pidió a Joy Way que lo llevara, pero de ninguna manera estuvo en juego mi programa.

No crea que soy malvada, pero usted me recuerda cuando Olivera defendía a Gamarra antes de que salga su vídeo.

No. Y te voy a decir por qué. En ese caso, Gamarra tenía una relación con el señor Olivera muy distinta a la que yo tenía con Genaro. No te olvides que Genaro era el dueño del canal y yo, un productor independiente. En cambio, Gamarra y Olivera eran socios de un mismo partido y capitanes de un solo barco. Yo siempre me he sentido a la distancia con Genaro. Nunca he tenido ni su dinero ni su influencia ni su pinta ni sus empresas. Siempre fui un inquilino precario de la televisión.

Pero de seguro sospechó algo. Lo mínimo, ¿no?

¿Sospeché? Sí, claro, tonto no soy. ¿Pero la sospecha acaso me permitía salir al aire y decir "he sospechado", "creo que", "adiós señores televidentes"? Realmente, no hubiera sido justo, debía tener la prueba y fui el primero en tenerla, di la primicia. La transcripción que leí el lunes 19 fue la primera versión que teníamos del vídeo.

Y, entre tanto, ¿las dudas no lo torturaban?

Caminaba sobre la duda, me quemaba la duda, me abrazaba la duda, Pero cuando me dijeron "¡ya tenemos la transcripción!" me sentí timado, como si me hubieran vendido el monumento de San Martín, como si fuera el lorcho de acero inoxidable que compra el Estadio Nacional.

¿Fue fatal entonces?

Esa es la palabra. Me sentí tan fatal, como tú esperándome.

La verdad sospecho que se sintió peor en esos momentos.

(Risas). Gracias a ti, a tu habilidad por fomentar la culpa ajena. Efectivamente, me sentí mucho peor. En realidad, lo que quiero decir es que me sentí pésimo. Pero, después sentí algo que nunca creí sentir por Genaro, lástima. Entonces sentí mucha pena.
   
¿Cuáles fueron sus primeras impresiones cuando observó el vídeo donde se negociaba su cabeza?

Ví el vídeo aquí, en el diario. Eran las diez de la noche y pasó una hora y las imágenes seguían. Me dije "¡Dios mío, ¿cómo se puede llegar a esto?". Sentí vergüenza ajena, es más, me puse muy tenso, me empecé a pasear por esta habitación porque no toleraba ver a Genaro en esa situación.

¿No lo creía capaz de caer tan bajo?

La verdad es que nunca me lo imaginé en un plan tan agachado, pidiendo instrucciones de cómo me iba a sacar del canal. Diciendo "¿cómo hago, quieren que lo haga ahora o me demoro un poco?" (risas). No podía creerlo.

¿No podía creer que Montesinos era su jefe?

Creía que Genaro me había despedido, jamás creí que mi jefe era Montesinos.

¿Todo era una farsa?

Exacto. Mi verdadero empleador era Montesinos y digo "Dios, si yo me siento así, me pregunto cómo se sentirá Lúcar". ¿El hombre de barro o no tendrá conciencia?

¿Por qué le preocupa Lúcar?

Porque me he sentido mal y he analizado el contexto. Resulta que he sentido algo que no pensé sentir: lástima. Al final vendió hasta su conciencia, lo que pasa es que el mecanismo de defensa de la sobrevivencia exige que pierdas la conciencia, sino, te pegas un tiro.

Pero hay casos y casos. Y en el de Lúcar me parece que no corresponde tal explicación.

Sí, el caso de él creo que fue simplemente porque le gustaba el capital, el poder, la autoridad. Pero el poder en el sentido más sensual de la palabra, pero que siempre dura poco.

Efímero.

Fugaz, efectivamente.

Hablando de Lúcar, mucha gente se pregunta cómo un periodista de su experiencia puede caer en tal ligereza, ¿o es que él tenía algo más?

La cultura de la sospecha creo que es muy peruana. Aquí no admitimos nada que sea sencillo, sino que siempre tratamos de encontrarle cinco pies al gato. Pero el gato anda en cuatro patas. Como es normal que un periodista desesperado quiera fingir una provocación para producir una reacción, que a la vez le permita irse del país con la leyenda de "soy un perseguido político". Ahora que toda la farsa terminó, él ha regresado el viernes pasado y está con su mujer e hijos, como debe ser, pues no es prófugo ni un perseguido, no es nada (sonríe).

Y ahora que está tentado por muchas propuestas para regresar nuevamente a la televisión, ¿cuál propuesta va a aceptar?

Tengo una de "Panamericana Televisión" que estoy pensado, que es para trabajar todas las noches a las once. Me la ha hecho Federico Anchorena. También he tenido una oferta de Canal N que he decidido rechazar porque era para estar en las mañanas, en los horarios de Buenos Días Perú. Era para hacer un programa noticioso. La estoy rechazando a través de esta entrevista, como compensación por haberte hecho esperar y lo mismo que he dicho de Panamericana no se lo he dicho a nadie ni lo he publicado. Pretendo aceptar esa propuesta.

¿Pero no ha recibido propuesta del Frecuencia Latina?

Sí, he recibido una muy gentil llamada de Baruch Ivcher, me ha invitado a una reunión para el día miércoles y me ha dicho que vamos a hablar ahí de una posibilidad de trabajo.

¿Pero como que tiene sus parámetros con Ivcher?

Lo que pasa es que Baruch tiene carácter fuerte, como yo. Entonces, dos caracteres fuertes juntos y revueltos pueden producir chispas. Ahora he aprendido a apreciar mucho a Baruch, temo entonces que por una riña profesional o periodística podamos perder nuestra amistad.

Entonces, ¿es sólo eso?

Es por eso y nada más que por eso, pues en todos estos años de ver a Baruch en Miami, verlo una vez en Madrid, lo he aprendido a valorar. Realmente es una buena persona, pero tiene un carácter de tempestad y yo tengo un carácter de tormenta, entonces te imaginarás que juntos somos un ciclón. Ése es mi único temor. Aunque es evidente que el único hombre de televisión que ha salido invicto, ileso y desmanchado de esta aventura es Baruch Ivcher, contra lo que parecía.

Hasta el momento…

Hasta el momento, porque todos los demás han salido contusos, heridos o muertos.

¿Hasta los de ATV?

Julio Vera Abad, por cincuenta mil dólares, es procesado. Es el más barato de la tele, es una ganga en realidad, es un remate de sí mismo.

Muchas cosas están sucediendo en nuestro país y mi pregunta es ¿realmente cuándo se jodió el Perú?
   

No, esto no ha pasado siempre, felizmente, pues si esto hubiera pasado siempre ya no seríamos un país, estaríamos extinguidos. Esto no ha pasado siempre, esto ha pasado en el decenio podrido, maldito, diarréico de Fujimori. Sólo un hombre como él, un japonés, pudo odiar tanto al Perú como para producir una mafia tan infecta como la de Montesinos. Pues había que ser no peruano para hacer eso, el odio que ha demostrado Fujimori hacia el Perú sólo lo puede sentir un extranjero, un déspota de otros lados y de otra latitud. Esto no lo hace un peruano.

¿Por qué cree que odia al Perú?

Fujimori odia al Perú por cómo trató a su madre, a su padre, a sus connacionales el año 42. Odia al Perú y él es profundamente japonés. La verdad es que nos trató como un padrastro a una entenada. Fuimos los entenados de Fujimori.

¿Cómo puede afirmar que esto no pasó siempre?

Porque si hubiera pasado siempre, ya no seríamos Perú, seríamos una provincia de Bolivia, un anexo de Chile o probablemente un Ecuador ampliado. Esto ha pasado sólo en la década de ese cerdo llamado Fujimori. La lección es ésta: nunca más, ni a un hombre de ojos rasgados, ni a un cholo, ni a un blanco, ni a un mestizo, ni a nadie hay que permitirle una concentración así de poder, ni que maneje las Fuerzas Armadas como si fueran una comisaría de barrio y al presupuesto como si fuera su billetera, ni que secuestre el Congreso, que anule un Tribunal Constitucional, que se apodere del Consejo Nacional de la Magistratura y utilice el Poder Judicial como arma de chantaje. Jamás hay que permitirle eso a nadie.

Entonces, ¿qué tiene que hacer un ciudadano común para que no vuelva a pasar esto? ¿Dejar de ver tanta televisión?

Dejar de tomar tanta cojudina y tomar un poco de desahuevina, como diría Escardó hijo en su "Quinto Pie del Gato" (risas).

Entonces, ¿nos lee?

Es obvio. Y ahí déjalo, que ya es una buena entrevista.

¿Qué piensa de este gobierno transitorio? ¿Existe?

Yo creo que es injusto decir que no existe porque es discreto. Si fuera muy notorio diríamos: "¡Caramba, están en transición, no están hechos para aparecer tanto!". Como no figuran, decimos "son tan discretos que no sabemos si existen". Los peruanos nunca sabemos valorar, o sea, darle el justo valor a aquello que es tenue. Siempre exigimos las cosas violentas, rojas, encendidas. Paniagua es un presidente de transición y está siendo una buena bisagra entre el antes y el mañana. Su labor consiste en darnos unas elecciones limpias, que nadie discuta, un nuevo gobierno que nos saque de este lodazal y lo está haciendo muy bien. No hay duda.
   
¿Cuáles son los candidatos presidenciales que, a su parecer, tienen mayor opción?

La pelea, sin lugar a dudas, hasta este momento está entre Lourdes y Toledo. La segunda vuelta será entre ambos. Ahora, ¿quién ganará? Bueno, hay que preguntarle a la gente.

¿Cree que una mujer en el Perú tenga opción de ser presidente?
   
¿Y por qué no? No te olvides que el 50,2% del electorado es femenino.
   
Sí, pero no olvide que los hijos son machistas porque las madres les inculcan esa cultura.
   
– No creo que el machismo sea un gran problema en el Perú. Creo que la mujer de abajo y la mujer de arriba hace mucho rato que están emancipadas. Pero el problema de Lourdes no es ser mujer, no es el género, el problema es simplemente que, para algunos, evoca mucho la continuidad fujimorista.

¿Lo dice por la gente de la que está rodeada?
   
Por lo que ella piensa, por la gente de la que está rodeada, por el conservadurismo de su posición económica, por lo que ha hecho el PPC en estos años, que ha sido darle un respaldo a Fujimori evidente. PPC no fue partido de la oposición y de eso no hay duda, esos son los lastres de Lourdes. En su caso, el problema no está en el hecho de no tener brageta, está en el hecho de tener demasiado lastre político de su propio partido, no olvidemos que Bedoya de Vivanco es PPC, Gonzales Reátegui es PPC, Cuculiza es PPC. Vaya, algo que ver, ¿no? Kuori, PPC. ¿Sigo? Sus lastres no tienen nada que ver con el hecho de ser mujer.

¿Qué le parece la actitud de Kuori de regresar para ponerse a derecho?
   
Bueno, la verdad es que se le acababa la visa y tenía que hacerlo, no le quedaba otra. Me parece un gran conchudo, por su arrogancia, su falta de humildad y por no admitir que se vendió. Ahora quiere hacernos creer que es una suerte de héroe popular y valiente que viene a someterse a la justicia. ¡Hombre!, es un prófugo que se está sometiendo a la justicia después de que Estados Unidos le dijo ¡te vas o te sacamos porque la visa se terminó! Así que me parece un conchudo que recién se pone a derecho y un sirvengüenza que, lamentablemente, jamás reconoció su gran falta.

Después de lo que estamos viendo respecto a nuestra vida política nacional, ¿en quién se puede confiar?

Esa pregunta es muy desalentadora y muy desalentada. Es parte de un desánimo que hay que superar. Esta depresión nacional hay que superarla, porque sino nos vamos a hundir. ¿En quién confiar? Pues, en los millones de peruanos que salieron a pelear por la democracia, por sus derechos, que se enfrentaron a la dictadura, que la derrotaron, que la convirtieron en un payasada y en un pasado. En esa gente, ¿qué te parece? ¡Hay que confiar en esa gente!

¿Qué se puede hacer ahora para que no vuelva a suceder esto?

Cumplir la Constitución del 79: "el que rompe el orden constitucional va preso". "El derecho de insurgencia es inmediato" y educar al ciudadano, invertir más en educación. En realidad, gran parte de los peruanos no son ciudadanos, son súbditos que están con la mano tendida pidiendo como mendigos una cañería, una tubería, un baño, un techo, una calamina, un eternit. ¡Por amor de Dios, señor Presidente! y a cambio de eso entregan todo, el alma, la conciencia, el voto y demás. Entonces, con esos grados extremos de miseria es imposible hacer democracia. La democracia es un subproducto de la cultura y de la educación, la democracia es la azotea de un edificio, pero primero tiene que haber el edificio. El edificio es la cultura, la educación, la clase media importante, el empleo más o menos decoroso, con eso se construye la democracia, sino se construye esclavismos de diversos tipos.

Hace tiempo dijo que no iba a participar en política porque no se imaginaba estar del otro lado. ¿Sigue pensando lo mismo?

Sigo pensando que no tengo vocación para la política. No nací para la política y sería una impertinencia de mi parte creerme ahora una figura política.

¿Acaso, de repente, un paladín?

Mira, no soy tonto y no tengo ínfulas de paladín. Soy un periodista y punto. Y soy feliz con eso, eso es lo que me hace estar tranquilo, ser feliz siendo lo que soy. Entonces, no estoy ahí esperando con la angustia, con los dientes apretados, aquello que va a venir. No me siento en el vestíbulo de algo, mi carrera es un fin, no un medio. El periodismo para mí no es una antesala, para mí es un destino. Entonces, ¿para qué más?

¿Nunca fue tentado para participar en política?
   
Sí claro, fui tentado para ser congresista esta temporada. Por supuesto que dije que no. Y no lo sería porque soy periodista y amo mi oficio, mi trabajo, mi quehacer. No es que lo haga a regañadientes, es que lo quiero, es mi pasión y la política no seria mi pasión. La política es espantosa, sería horroroso. De sólo pensar que puedo tener el deber de escuchar a una Carmen Lozada de Gamboa durante treintacinco minutos. Creo que tomaría somnífero en el baño del Congreso.
   
¿Cómo calificaría el trabajo de Ugaz?

Me parece un trabajo díficil de calificar, díficil para él, todavía es prematuro, porque todavia no ha evacuado su gran informe. Pero ahora el problema no es Ugaz, sino los jueces que están liberando a la gente, que están cambiando las órdenes de captura por órdenes de detención domiciliaria y algunas órdenes de detención domiciliaria por órdenes de testimonio, es decir de ser testigos. El gran problema del Perú siguen siendo los jueces, donde está la podredumbre y la maquinaria montesinista. Entonces, si no renovamos la judicatura –los jueces– vamos a seguir con este problema. El problema no es ni el procurador ni la fiscalia, sino en los jueces.

¿Cómo cortarles los tentáculos a Montesinos si es que el Poder Judicial está bajo sus órdenes?

Cortando justamente los terminales de sus tentáculos en el Poder Judicial. Esa es una tarea pendiente y probablemente ya no pueda ser ejecutada por el gobierno de transición, sino que será una tarea prioritaria del gobierno próximo.

¿Cree que el gobierno próximo haga algo sobre la libertad de García o ya no se puede hacer nada?

Las prescripcion es un hecho consumado, García es un hombre formalmente libre. Pero, probablemente más alla de las libertades formales exista la prisión de la conciencia, exista probablemente la carcelería del remordimiento y, desde ese punto de vista, probablemente Alan García sea un penado catorce.

¿Le parece que tenga un poco de remordimiento?

Sí creo que exista eso en un hombre que pecó joven y que ahora pueda mirar con un cierto desprecio lo malo que hizo.

¿Lo ve como arrepentido?

Lo veo como arrepentido. No le veo arrepentimiento ideológico –que es lo que me importa– pero le veo arrepentimiento moral. Creo que él está arrepentido de haber permitido que en su gobierno se robara, pero no esta arrepentido –y eso es lo que me preocupa– de lo que su gobierno hizo con la economía. Eso me preocupa muchísimo más de lo que robaron con el tren eléctrico o lo que robaron con no sé qué. Porque si Alan García vuelve a hacer con la economía lo que hizo del 85 al 90 –en caso de que salga elegido, Dios no lo quiera- se deformaría el país, pero ya en condiciones más díficiles, porque el mundo ha cambiado mucho y los capitales están más fugitivos que nunca y el desplome de un país significa el abandono por completo del capital peregrino, financiero, que es muy volátil. Nos caemos y nos abandonan todos.

Bien César, muchas gracias por la entrevista y por la espera.

La verdad discúlpame por la espera, la verdad no pensé que me estabas esperando afuera. He quedado muy mal contigo.

Realmente, como un cretino.
   
Peor, como un hijo de puta.

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