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Artículos
En Tumbes y Piura, Lourdes Flores a sus rivales:
"TOMEN VALERIANA"
Asimismo, aprovechó la oportunidad para
exponer los lineamientos de su programa económico, enfatizado principalmente en el
departamento de Piura.
En una improvisada conferencia de prensa, Flores Nano aprovechó para responder a otros
candidatos de la contienda electoral, quienes aseguran que su candidatura corresponde a
una continuación del fujimorismo. Manifestó que "ello es consecuencia del
nerviosismo y que al ver que la candidatura de Unidad Nacional crece, no han tenido otra
idea que atacar sin fundamento. A ellos les pido serenidad y por eso siempre recomiendo
una valeriana para los nervios", acentuó.
Al ser consultada sobre los fondos de su campaña electoral, dijo que al término de la
primera vuelta electoral presentará la relación de personas que contribuyeron en su
campaña.
Gamarra sucumbió a la fuerza de Lourdes
En un efusivo mensaje, Lourdes agradeció a un grupo de simpatizantes de la agrupación
Perú Posible por el recibimiento que estos le otorgaron y acotó enérgicamente que
seguirá trabajando por los más necesitados, a pesar de los tropiezos con los que se
encuentre.
Al llegar al Complejo Gamarra, una multitud de trabajadores, ambulantes, empleados,
serenazgos, volanteros, marcianeros y vendedores de comida dejaron sus quehaceres
laborales por un instante para acompañar a su candidata presidencial por las calles de
Gamarra hasta llegar a la galería, donde los clientes de este local no dudaron en gritar
a una sola voz "¡Lourdes Presidente!".
En el décimo piso se realizó el conversatorio con los pequeños y microempresarios de
este emporio comercial. Ellos manifestaron su deseo de resolver los problemas que aquejan
a la ciudad e impiden la superación del centro comercial. A esto, Lourdes comentó que en
su posible gobierno apoyarán incondicionalmente a los forjadores del comercio en la zona
de Gamarra, además de luchar contra el contrabando y a los malos elementos que importan
ropa usada y la venden a los clientes a menor costo, demandando a que los confeccionistas
bajen sus precios. Pero un grupo de simpatizantes de Perú Posible comenzó a formar un
desorden que al instante Lourdes resolvió con unas palabras que dejó atónitos a todos
los concurrentes, "Gracias gente de Gamarra, y muchísimas gracias a todos mis amigos
toledistas por el recibimiento. Pero eso sí, les digo que seguiremos luchando para que el
Perú siga adelante sin odio y sin agresiones. Gracias a toda la gente y especialmente a
mis amigos de Perú Posible, muchas gracias
". Mientras que el público
espectador observaba a su líder sacar las garras, con respeto y firmeza, a los
simpatizantes de Perú Posible sólo les quedó callar y acusar recibo.
Trujillo se encendió de júbilo
ALAN ESTÁ CONVENCIENDO
En Tumbes y Trujillo, el Apra volvió por su
viejo camino del triunfo, convocando masas efervescentes de jóvenes ciudadanos, quienes
deseaban conocer de cerca al líder que retornaba a sus predios de antaño. Alan García
Pérez, aprovechando al máximo sus dotes de eximio orador, conmovió a sus simpatizantes
cuando, en la desbordante Plaza de Armas de Trujillo, tomó en sus manos el retrato del
fundador del aprismo, Víctor Raúl Haya de la Torre, a quien le tributó sentido homenaje
en nombre de su pueblo.
De generación a generación
Trujillo, 9 de la noche. En el tumulto impetuoso de la gente convocada para el mitin por
el Día de la Fraternidad de los apristas, padre e hijo discuten precisiones de horario.
"Papá, hoy es sábado y te dije que iba a ir a ese tono". El padre responde:
"Escucha, sólo te pido que esperes un rato más, ya no falta nada para que llegue,
viene de Piura y Cajamarca". "Mira papá, ya está bueno, estamos más de tres
horas esperando como huevones y nada de aparecer, el abuelo ya está cansado". El
aludido, que había permanecido en silencio, tercia en el converse y, con la sonrisa
amarga, le dice: "Mira pequeña bestia, debes saber algo, del 85 al 90, tu padre
tenía trabajo y tú viviste a cuerpo de rey, hasta bicileta te compramos. Escucha, yo te
daba buenas propinas y luego, con el chino, nos fuimos a la mierda. Hoy, tu padre no tiene
trabajo y yo, con mis cachuelos, los estoy manteniendo. Ahora él ya está aquí y tu
padre sólo te pide que te quedes unos minutos para escucharlo, ¿es mucho
sacrificio?".
El joven no pudo responder, pues un griterío indescriptible se apoderó de toda la Plaza.
Alan García, con los brazos en alto en medio de la tribuna gesticulaba. En perfecto
diálogo mudo con la masa emitía su mensaje directo y conciliador. Busqué entre el
remolino de gente y los ubiqué en un claro en el bosque, entrelazados en una sola fuerza,
tres generaciones que saltaban, gritaban enardecidas, el joven con una vincha alrededor de
la cabeza y el clásico pañuelo agitado por su alma contra el viento abrazaba al abuelo,
lo besaba. El abuelo, por su parte, enjugaba sus lágrimas que, de pronto, habían
escapado de sus sentimientos. "La herencia ha sido entregada, ahora puedo estar
tranquilo", musitó en el aire.
¡Se aflojó el cielo!
Tumbes, 1 de la tarde de un día más caluroso que nunca. Alan García acaba de llegar y
la gente se pelea por tocarlo, estrechar sus manos, conseguir su clásica sonrisa. Un
adusto «franelero» que funge de seguridad arremete contra mi rodilla, pulverizándola.
Unos amigos de la zona me rescatan, señalando «ese pata no es nadie, sino un arrimado,
porque aquí los paisas somos muy amigueros».
Tomo un taxi y sigo a la caravana, en el camino recojo a mi fotógrafo y juntos
emprendemos la aventura de seguir a Alan. El chofer nos cuenta que la víspera «estuvo el
Popy Olivera, pero aquí, paisa, es bien difícil que pase. Ayer trajo su escobita sólo
para barrerle la cancha al Alan, pues».
La caravana continúa, recorre calles y enrrumba hacia Aguas Verdes. El chofer nuevamente
nos explica «El Alan está picando a la gente para el mitin, nomás Dios no quiera que el
cielo afloje (llueva)», nos comenta sonriente.
Por la noche, efectivamente, el cielo aflojó y de qué manera. Una lluvia tipo torrencial
bañó la ciudad. Sin embargo, esto no significó que el mitin se suspendiera ni mucho
menos. Se llenó la plaza con miles y miles de tumbesinos mojados hasta la médula,
quienes no quisieron utilizar paraguas para contemplar a plenitud la tribuna en donde Alan
hacía de las suyas.
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