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Cecilia "Chichi" Valenzuela:

"Votar en blanco significaría promover un golpe de Estado"

"Mentiría si digo que me hace feliz la confirmación de que Fujimori es japonés"


Cecilia Valenzuela fue la periodista que reveló al mundo la presunta nacionalidad japonesa de Fujimori. Fue víctima de hostigamientos y acosos, pero nunca desmayó. Por el contrario, obtuvo la coraza suficiente como afrontar muchas cosas con humildad, según dice, "una forma inteligente de vivir". A pesar de que el tiempo le está dando toda la razón, ella dice que este hecho no la hace feliz. "Chichi", como suelen llamarle sus amigos, se confiesa a GENTE y sostiene que ejerce la política desde el periodismo. Opina sobre diversos temas, desde el confuso rollo entre Alvarito, Bayly y Toledo, que no le parece "ni importante ni interesante", hasta su expectativa sobre el ansiado debate, para que pueda elegir por alguno de los dos candidatos, ya que no votará en blanco, puesto que considera que "el hecho de que el próximo Presidente no tenga un respaldo sólido lo único que promete es un golpe de Estado o un derrocamiento posterior". Finalmente, nos habla de su familia, del secreto de su relación matrimonial con el exitoso periodista Gilberto Hume, uno de los profesionales puntales de Canal N, a quien el destino la unió por el autogolpe de Estado del 92 promovido por Fujimori.

Existe la posibilidad de que la Constitución del 93 se anule si es que el Congreso confirma que Fujimori no es peruano. ¿Consideras que esto ratifica la tan discutida revelación que hiciste acerca de la nacionalidad del ex Presidente?

- Mentiría si digo que me hace feliz esa confirmación, de que Fujimori es japonés desde que nació, o por lo menos esa admisión de parte del gobierno japonés. Para mí, y creo que para nuestra historia, esto es realmente muy triste. Periodísticamente, en la investigación, para mí es importante, porque cuando la presenté hice una pregunta muy grande y legítima en base a once indicios que encontramos en relación a toda la documentación de Alberto Kenya Fujimori. Una persona que tiene una sombra casi total sobre su documentación desde que nace hasta que se convierte en Presidente de la República, tiene que brindar alguna explicación coherente al respecto.

- Fujimori siempre dijo que era peruano y no japonés.

- Claro, él nunca admitió su nacionalidad japonesa. Todos nos preguntamos, ¿nació en el Perú? Y si nació en el Perú, ¿tiene o no tiene nacionalidad japonesa? ¿En qué momento renunció a ésta, si es que la tiene? Él, con mucha astucia, con mucha maña, logró que se utilizara la prensa, que se utilizara su condición de mandatario y, a través de canales de televisión y otros medios capturados por el régimen, se trató de deshacer la investigación maliciosamente, tomando sólo ciertas partes, no como un íntegro, como nosotros la habíamos planteado. Pero mira, han pasado 4 años y ahora hay una certeza grande de que, por lo menos, fue siempre japonés, un súbdito del imperio japonés y que gobernó el Perú ilegalmente.

- Haz mencionado el rol de la prensa en la vida política. Hace poco se conmemoró el día mundial de la libertad de prensa. ¿Crees que ésta existe en el Perú?

- Yo creo que sí. Habían dos cosas que se discutieron mucho durante la dictadura de Fujimori. Uno es que había gran cantidad de periodistas que no sólo respaldaron los méritos de Fujimori a través de medios de comunicación, sintiendo que ejercían su libertad.

- ¿O acaso libertinaje de prensa?

- No, esos periodistas estaban haciendo lo que, para ellos, era bueno. Juzgar su moral o decir que quienes nos opusimos éramos buenos creo que no es asunto de los periodistas, sino de la opinión pública, del consumidor de nuestro material. Y también creo que, de otro lado, lo que no había era seguridad para ejercer la libertad de expresión, como lo denuncié en el extranjero, alertando sobre mi situación y la de otros colegas, porque decíamos lo que descubríamos y éramos amenazados, perseguidos, calumniados y enjuiciados. Ahora, ninguna persona va a ser perseguida o echada de su trabajo ni va a ser amenazada por ejercer su libertad o su derecho -incluso- de opinión.

- Pero Toledo calificó a Bayly de promotor de guerra sucia por revelar u opinar sobre temas que no le agradaban.

- Bueno, así como es importante la libertad de prensa de Bayly, también es importante la libertad de expresión de Toledo. Creo que es absolutamente legítimo que Bayly diga lo que piensa y que Toledo le conteste. No hay persecución y él va a seguir con su programa.

- Dándole rating a su canal.

- Bueno, eso siempre pasa, de ahí viene el rating siempre, del escándalo.

- ¿Y qué opinas de lo que aconteció entre Bayly, Toledo y Álvaro, que desencadenó en una serie de hechos reveladores y confusos?

- A mí, la verdad es que ese tema no me parece importante ni interesante. Creo que pasan cosas más importantes, mucho más serias, mucho más definitivas, en este momento, en el país.

- ¿Crees que este tema ha caído en el chismecito?

- Sí. La verdad, como gran consumidora de información, estuve detrás de los pormenores y, al final, siento que he perdido mi tiempo. ¿Para qué he seguido todo esto si realmente no lleva a nada? No creo que a Álvaro o a Jaime le den una posición de protesta o rechazo frente a dos políticos que ya pasaron a una segunda ronda electoral por la votación de un grueso del electorado. No creo que Jaime o Álvaro estén al nivel de un García o un Toledo, más allá de que me simpaticen o no.

- Y podría interpretarse como que, por un resentimiento contra los candidatos políticos, es que están proponiendo esta alternativa del voto en blanco.

- Sí, también me parece algo muy personal.

- ¿Un tanto jalado de los pelos?

- Más bien, creo que está sobredimensionado, a veces, por la emoción de participar. Por ejemplo, en el caso de Álvaro, él es una persona que se compenetra mucho con lo que hace y se lo toma absolutamente en serio. Entonces, debió tener una gran emoción respecto a la lucha contra la dictadura, a la marcha de los cuatro suyos, a esta etapa de primavera democrática y electoral que empezó a vivir el país y de pronto ha confundido las cosas. Él ha creído que es tan importante como todo un partido político, donde hay toda una organización y una base popular. Pero una persona no puede ser más importante que un partido.

- ¿Y qué opinas del voto en blanco? Por ejemplo, el padre Salomón Bolo Hidalgo sostiene que esta alternativa, desde el año 80, en cada proceso electoral representó a la subversión.

- Las razones que tenía Abimael no creo que sean las razones que tienen Álvaro o Jaime. Creo que es una decisión legítima y absolutamente válida. Ahora, eso también es el resultado de la obligatoriedad de votar en el Perú, lo que me parece absolutamente absurdo, porque allí empiezan los problemas, porque no se respeta ninguna libertad. Yo no voy a votar en blanco, porque creo que salimos de una dictadura que sobrevino y se gestó dentro de una guerra interna que llevó a 21 años de desgracias y desasosiegos al Perú. Así es que, el hecho de que el próximo Presidente no tenga un respaldo sólido, lo único que promete es un golpe de Estado o un derrocamiento posterior. Si gana, finalmente la anarquía o la protesta, cualquiera podría irrogarse el derecho a derrocar al gobernante. Así es que creo que, en determinados momentos, la sociedad debe sacrificarse.

- ¿Qué grupo debe sacrificar más?

- Eso lo decidirá el electorado. Pese a que hay un porcentaje que piensa votar en blanco, la mayoría va a votar por alguien. El que quede segundo va a tener que sacrificar más, pero el primero va a tener que actuar con mucha generosidad.

- ¿Crees que a la gente le cuesta admitir públicamente su respaldo a García?

- Hay mucha chifladura. A los limeños se les pegan mucho las modas. Creo que, hasta cierto punto, en este momento, mucha gente siente estar de moda o estar en onda al votar en blanco porque así lo dice la "gente bonita", pero a la hora de la hora creo que se va a tener que elegir a uno. Creo que mucha de la gente que votó por Lourdes Flores votará en blanco, así como mucha de la gente que quedó del fujimorismo también lo hará y eso, de alguna manera, es coherente.

- Si no vas a votar en blanco, ¿por qué no eliges de una vez?

- Voy a votar por alguno de los dos, pero primero quiero ver el debate.

- ¿Qué tendría que reunir el candidato, en este debate, para que votes por él?

- A mí me importan muchos los equipos.

- Pero los equipos pasan y los Presidentes, por lo general, se quedan a lo largo de cinco años.

- Si, pero en el caso de Toledo tiene un equipo muy interesante en el Congreso, que ha hecho cosas a lo largo de estos diez años.

- Obviamente, ellos están elegidos por sus méritos, para legislar por cinco años, pero el equipo técnico por lo general varia.

- Sí, el equipo técnico en lo económico... eso es cierto, podría variar. De hecho Fujimori arrancó con un equipo que, en un principio, era interesante y luego lo cambió por un equipo titiritero. Por eso me interesa comparar. Ahora, yo sí creo que el ejercicio que tuvo Alan García en su gobierno dejó mucho que desear.

- ¿No crees que García, en realidad, se ha arrepentido y ha aprendido?

- Unos piensan de que esa experiencia está en favor de él, porque uno aprende y no volvería a cometer los mismos errores, pero él aún no ha contestado a muchas cosas. Si hubiera dado más la cara respecto a su pasado no estaría bajando en las encuestas. Él tiene que responder, en principio, por su política de derechos humanos, porque este tema debió ser clave en sus exposiciones.

- ¿Qué defecto le encuentras a Toledo?

- Bueno, Alejandro Toledo se contradice mucho, ¿no?

- ¿A qué atribuyes esta contradicción?

- Creo que él necesita madurez política. No es igual haber estado en la trinchera y haber peleado contra la dictadura -cosa que yo respeto absolutamente- pero no se puede comportar de la misma manera todo el tiempo. El comportamiento de la guerra, de la lucha, de la batalla, no es el comportamiento de la paz. Además, creo que él es un candidato súper difícil. Yo no tengo mucha proximidad a él, pero veo que no reacciona bien, que se contradice demasiado. En su equipo, cada uno dice, a veces, cosas distintas sobre determinados temas y el problema grave es que lo descolocan con facilidad. Pero, es cierto también que durante esta campaña se la han pasado acusando a Toledo, mientras García se hacía el muertito y eso debe representar en él una suerte de bronca.


Los dueños de su corazón

Chichi Valenzuela vive actualmente enamorada de dos hombres, Gilberto y Antonio, su esposo y su hijo de 4 años, respectivamente.

"Mi hijo significa todo para mí. Organiza muy bien las oraciones, expresa muy bien lo que siente o lo que quiere y, a veces, hasta especula. Eso, para mí, es algo delicioso", sostiene la hermosa Cecilia con sus brillantes ojos café y una sonrisa de máxima felicidad. Es que, por lo general, el momento que más le conmueve es cuando el pequeño Antonio le pide algo, como si fuera un negociador.

"Él ya está empezando a convertirse en una personita con la que se puede ir a una heladería y conversar. Es muy fantasioso. Por ejemplo, si estamos viendo una carrera de autos, él me dice que cuando sea grande, va a participar en una carrera y luego, a partir de esa premisa, hace toda una historia en la que él es el héroe. Así es que yo estoy enamorada de mi hijo".

Pero, justamente, como lo citáramos anteriormente, Cecilia ama también a otro afortunado hombre, a Gilberto Hume, su esposo, quien _como ella_ es un conocido y destacado periodista.

Sobre él nos comenta que también trabaja mucho. "Los periodistas siempre trabajamos muchas horas, sobre todo, porque no es fácil ser periodista. Pero también es muy divertido serlo".

Y, obviamente, en casa, a veces hablan más de la coyuntura política que de otros temas. "Depende de los tiempos que estemos viviendo. Por ejemplo, desde julio del año pasado los temas eran las sorpresas tan fenomenales y tan extraordinarias que, un domingo, cuando nosotros salíamos disparados por alguna razón _no me acuerdo si volvía Montesinos o Fujimori se iba_ mi hijo nos preguntó "¿adónde van si hoy es domingo?". Nosotros le explicamos que Montesinos y Fujimori se estaban yendo del poder y que estaban pasando muchas cosas. Él nos miró y nos dijo: "a mí Fujimori y Montesinos ya me tienen harto". Eso nos causó gracia, pero nos dimos cuenta de que habíamos impregnado la casa con el tema.


Cómplices

Este no es precisamente el nombre del grupo musical de su preferencia, sino más bien, del secreto de su éxito matrimonial.

"Yo creo que la complicidad ha hecho que nuestra relación funcione. Cuando no se tiene complicidad con una persona no se puede vivir con ella", afirma muy segura Cecilia, para quien este término engloba "mucha emoción, mucha pasión y mucha aventura".


El golpe que los unió

Si bien Gilberto Hume y Cecilia Valenzuela ya ejercían la misma profesión cuando se conocieron, no fue precisamente el periodismo lo que los unió, sino el golpe de Estado del 5 de abril de 1992, en su intento de ayudar a Gustavo Gorriti, un amigo en común.

"Creo que esta relación comenzó, justamente, por esa complicidad. ¿Cómo es, no? El 5 de abril del 92, el día del golpe, esa noche pasaron muchas cosas y, entre ellas, que Montesinos detuvo a Gorriti, por lo que era probable que lo desapareciera, ya que lo odiaba. Nosotros éramos sus amigos, aunque por canales distintos, pero esa coincidencia nos unió. Es gracioso, pero el golpe nos unió. Ahí empezamos a salir, a conocernos más, hasta que nos enamoramos y nos casamos".

Pese a que existen ciertas diferencias entre ambos _Gilberto Hume es mayor que ella por 16 años y un hombre de pocas palabras_ Ceci nos cuenta que lo que más admira en él es "su generosidad y su inteligencia, además porque es un periodista valiente e íntegro con valores muy grandes".

Finalmente, Chichi nos revela que le encanta cocinar. "A mí me gusta mucho, pero Gilberto no tiene ni idea de ello. Es capaz de echarle cocoa a los huevos escalfados. Es atroz. Pero él hace una parte muy importante: comer".


El periodismo y la humildad

"He pasado muchas cosas difíciles estos años, como dejar que me posterguen porque defendí mis valores. Así es que he tenido que aceptar, con mucha humildad, una serie de situaciones, desde perder mi empleo o ser difamada e insultada. Me he dado cuenta de que he necesitado ser humilde. Para mí, la humildad no es una virtud exactamente, sino una forma inteligente de vivir, de sentirse bien", reflexiona Cecilia Valenzuela.

Y es que a ella le gusta ser periodista y ejercer la política desde esa posición. "La política la ejerzo desde el periodismo, participo activamente en ella y vigilo, cuestiono y enfrento cuando tengo que hacerlo, como lo hice durante la dictadura de Fujimori", señala.

"Al final de cuentas, lo que uno quiere en la vida es ser feliz. A mí me hacen feliz las cosas chiquitas y las cosas grandes, desde la carcajada de mi hijo, una comida maravillosa o un vino delicioso. Para mí no es difícil ser feliz. Y una de las cosas que me harían feliz, que me encantaría, sería entrevistar a Vladi en algún momento. Sería sensacional", lo dice emocionada y es que Cecilia está escribiendo un reportaje extenso y revelador sobre la vida de Vladimiro Montesinos.



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