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AFRODISÍACOS
Atrévase a probarlos
Ostras, ajos, cebiche de conchas negras, arroz
con mariscos, bebidas como el ging seng, vino, champagne, frutas tropicales y hasta las más
exóticas rarezas que uno pueda imaginar: raíz de mandrágora, cuerno de rinoceronte,
pene de león en polvo o huesos de rana. Todos son conocidos en diferentes países y
culturas del orbe como afrodisíacos.
El nombre proviene de la diosa griega Afrodita, considerada co-mo la diosa del amor y del
deseo, quien fue irresistible no sólo para mortales sino también para los mismos dioses.
Pero, ¿qué significa esta simple palabra que resuena en muchos como significado de
placer y deseo? Los afrodi-síacos son sustancias que aumentan el deseo sexual o líbido
de quien las ingiera para que éste tenga el poder y la potencia para prolongar su
intimidad sexual.
Se espera que este aumento sea inmediato en el
hombre o mujer que los toma, sin embargo, muchas veces no resulta así. Hay algunos
afrodisíacos que tardan un poco más en hacer efecto, presentándose en forma de olores
particulares, como si fueran perfumes erógenos.
"Dadme a beber la ambrosía de tu boca fresca y pura para calmar la amargura que me
provoca tu hastío"
Se dice que Afrodita preparaba filtros y mezclaba pócimas de amor para que sus amantes
llegasen al delirio. En la Edad Media, los europeos descubrieron ciertas especias que
incorporaron dentro de su alimentación y rápidamente conocieron sus propiedades
afrodisíacas. Para los orientales, por ejemplo, el ging seng ha significado por miles de
años la fuente de la eterna salud y virilidad.
Es indudable que, desde tiempos remotos, el hombre ha buscado la fórmula que lo lleve al
éxtasis y haga salir el erotismo oculto que lleva dentro de sí.
Sin embargo, los afrodisíacos siempre han estado relacionados con la cocina, tal vez
porque el comer es una necesidad primaria al igual que el sexo. Otra de las explicaciones
podría ser que las expresiones que usualmente se utilizan en cocina: comer, chupar,
morder, etc. son bastante sugestivas.
Pero, hasta el momento, no existe o no se ha
descubierto fórmula alguna que pueda actuar de la misma manera en todas las personas ya
que, como se sabe, cada uno es un mundo aparte, incluso en sus aspectos más íntimos. Por
otro lado, en culturas como la China se ha confirmado, con el paso de los siglos, la
eficacia de un alimento llamado «avena sativa», el cual actúa aumentado la producción
de testosterona (responsable de la excitación en el varón).
Se dice que otras plantas como la mandrágora, la mirística (de la cual proviene la nuez
moscada), la catuaba (brasileña), la marapuama o el maracure también actúan como
eficaces afrodisíacos, pero no se ha comprobado científicamente que así sea.
En occidente se considera que los afrodisíacos están ligados mayormente a los frutos
marinos o comúnmente llamados "mariscos". Y, en cierto modo, tienen razón. En
nuestro país, el cebiche de conchas negras, las conchitas a la par-mesana o la conocida
leche de tigre están entre los platos afrodisíacos más solicitados.
El culto a los afrodisíacos ha existido desde siempre, pero el creer o no en sus
propiedades está en cada persona que los consuma. Lo cierto es que el amor, la fantasía
y la creatividad, mezcladas con una buena dosis de humor y acompañadas de una música
sugestiva serían los mejores estimulantes para cualquiera que desee tener una vida sexual
placentera.
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